¿Cómo podemos hacer realidad los derechos de la infancia?
Un niño que crece con amor y seguridad tiene la oportunidad de explorar el mundo con confianza. Pero, ¿qué ocurre cuando esos pilares fundamentales faltan? Aunque España ha avanzado en la protección de la infancia, todavía hay niños cuyos derechos no están plenamente garantizados.
En nuestro país, miles de menores viven en centros de acogida esperando una familia, jóvenes extutelados enfrentan un futuro incierto sin apoyo suficiente y muchos niños en situaciones vulnerables ven limitadas sus oportunidades. ¿Qué más podemos hacer como sociedad para cambiar esto?
Avances en la protección infantil en España
España cuenta con un marco legal sólido para la protección infantil, y en los últimos años se han dado pasos importantes:
- Un marco legal avanzado: la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor refuerza la Convención sobre los Derechos del Niño y sitúa el interés superior del menor como prioridad.
- Más familias acogedoras: cada vez más personas se involucran para ofrecer a los niños en situación de desprotección un hogar temporal lleno de cariño y estabilidad.
- Acceso a educación y salud: aunque la mayoría de los niños en España tienen garantizados servicios esenciales, todavía existen desigualdades que afectan a los más vulnerables.
Sin embargo, no todos los niños disfrutan de estas garantías en igualdad de condiciones.
Los desafíos que aún debemos afrontar
A pesar de estos avances, todavía hay grandes retos que superar para asegurar el bienestar de todos los niños, especialmente aquellos en el sistema de protección.
- La vida en centros de acogida no puede ser la única opción: Aunque proporcionan seguridad y recursos básicos, los centros no pueden reemplazar el calor y la estabilidad de un hogar familiar.
- Déficit de familias de acogida: Existen pocos hogares dispuestos a acoger a menores con necesidades especiales, adolescentes o grupos de hermanos. El acogimiento sigue siendo una asignatura pendiente.
- Jóvenes extutelados sin una red de apoyo: Cumplir 18 años no significa estar preparado para la vida adulta. Sin recursos ni respaldo, muchos jóvenes enfrentan dificultades para continuar sus estudios, encontrar empleo o acceder a una vivienda.
Estos retos nos recuerdan que los derechos de los niños no terminan en la infancia, y que el compromiso con su bienestar debe extenderse más allá del sistema de protección.
Cómo podemos marcar la diferencia
Si queremos hacer realidad los derechos de la infancia en España, hay acciones concretas que todos podemos tomar.
- Ser familia de acogida: abrir las puertas de un hogar a un niño puede transformar su vida. Aunque sea por un período corto, el impacto de un entorno estable y afectuoso es invaluable.
- Dar voz a la infancia: hablar sobre el acogimiento familiar y los derechos de los menores es clave. Cuanta más conciencia social exista, más apoyo podrá generarse.
- Colaborar con iniciativas solidarias: desde programas de mentoría hasta donaciones para actividades educativas o terapias, cada gesto cuenta para mejorar la vida de un menor tutelado.
Un libro que da voz a los niños que esperan un hogar
El libro ilustrado La Sonrisa que Une es un testimonio real sobre el acogimiento de urgencia, narrando la historia de un bebé acogido y los desafíos, emociones y aprendizajes que conlleva esta experiencia.
Este libro es más que un cuento: es una herramienta para visibilizar, sensibilizar y dar voz a los menores que esperan un hogar. Te invitamos a descubrirlo y, con él, reflexionar sobre el papel que podemos jugar en la vida de estos niños.
Garantizar sus derechos es nuestra responsabilidad
Los derechos de la infancia no son solo palabras en una ley, son compromisos que debemos hacer realidad con nuestras acciones. Desde las familias hasta las instituciones, cada uno de nosotros tiene un papel en la construcción de un futuro más justo para los niños.
Porque hacer realidad sus derechos no es solo una obligación legal: es un acto de humanidad.