Acogimiento en el aula: una iniciativa que nos tocó el corazón
Un día recibimos un correo que nos sacó una sonrisa inmediata.
Era de la Escola Tecnos de Terrassa, y decía algo así como:
"Hola, desde nuestra cooperativa escolar hemos recaudado dinero vendiendo cerámica hecha a mano, y queremos donarlo a vuestro proyecto. Hemos conocido lo que hacéis y nos gustaría ayudar."
Así, sin más. Con la sencillez y la fuerza que tienen los gestos que nacen del corazón.
Los alumnos y alumnas de 5º de primaria habían creado una cooperativa llamada Teceràmica, y con ella diseñaron, produjeron y vendieron piezas únicas de cerámica. El resultado: 313 euros recaudados… y una decisión colectiva: destinar ese dinero a apoyar a niños y niñas que necesitan un hogar. Y eligieron hacerlo a través de La Sonrisa que Une.
Lo que ocurrió después fue mucho más que una entrega simbólica. Fue un encuentro que nos emocionó profundamente, una conversación con pequeños grandes corazones que entienden mejor que muchos adultos lo que significa cuidar.
La historia de Eric, contada con la ternura que merece
Al encuentro asistieron representantes de la ONG Vida Significativa, a la que pertenece el proyecto de La Sonrisa que Une. Ellos fueron los encargados de contarles la historia de Eric, un bebé que fue acogido con pocas semanas de vida por María, madre de acogida de urgencia y fundadora de La Sonrisa que Une. Hoy, con casi dos años, Eric se encuentra en pleno proceso de transición hacia una familia definitiva. Ese mismo proceso es el que hizo que María no pudiera acompañarles ese día. Cuidar de un menor durante este tipo de transiciones exige presencia total, sensibilidad extrema y mucho equilibrio emocional. Pero aunque no pudo estar, su historia y su labor estuvieron muy presentes en cada palabra compartida.
Preguntas que solo los niños se atreven a hacer
Los niños y niñas de la clase les escucharon con atención, con esa mezcla de ternura, empatía y valentía que solo ellos tienen. Y les hicieron preguntas que les llegaron hondo:
👉 ¿Qué siente una madre de acogida cuando tiene que despedirse del niño o niña que ha acogido temporalmente?
👉 ¿Algunos niños vuelven con su familia biológica?
👉 ¿Los niños pueden volver a ver a su familia de acogida?
👉 ¿Qué pasa con los jóvenes que viven en centros y cumplen los 18 años?
👉 ¿Se pueden tener mascotas en los centros de acogida?
👉 ¿Las familias acogedoras pueden tener ya otros hijos?
Preguntas reales, humanas y necesarias. Preguntas que muchos adultos ni siquiera se plantean. Pero que en un aula llena de sensibilidad, se atrevieron a salir.
Una alumna incluso compartió que su madre fue adoptada nada más nacer, y que no lo supo hasta que fue adulta y madre ella misma. Una historia que emocionó a toda la clase y que puso nombre y rostro a realidades muchas veces invisibles.
Un regalo compartido: “La Sonrisa que Une”
Como agradecimiento, dejamos en la biblioteca de la escuela dos ejemplares de nuestro libro de cuentos "La Sonrisa que Une", una historia que narra desde la mirada de un bebé lo que significa ser acogido. Una herramienta que emociona, sensibiliza y explica, y que va acompañada de guías pedagógicas para ayudar a docentes, familias y educadores a hablar sobre el acogimiento con los más pequeños.
Y entonces ocurrió algo mágico
Al final de la visita, nuestros compañeros de Vida Significativa hicieron una última pregunta:
👉 ¿Cuántos de vosotros querríais que en vuestra casa se acogiera a un niño o niña más pequeño, y lo quisierais como a un hermano más?
💛 La mayoría levantó la mano.
Sin miedo. Con honestidad. Con ese instinto natural de cuidar, de compartir, de amar. Algunos decían que si podían elegir, preferirían que fuera un bebé. Otros, simplemente, que ojalá pudiera ser ya.
Sembrar hoy para que mañana florezca
Estas visitas, estos encuentros, nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos. Porque hablar de acogimiento no es solo tarea de adultos. Es algo que debe nacer también en las aulas, en las conversaciones cotidianas, en las miradas limpias de quienes aún no tienen prejuicios.
"Si sembramos la semilla en los corazones más jóvenes, quizá en el futuro tengamos más familias dispuestas a acoger."
Gracias, Escola Tecnos.
Gracias, Teceràmica.
Gracias por demostrar que la solidaridad no entiende de edades.
Y que cuando un grupo de niños decide mirar hacia los demás, la empatía se multiplica.