El libro de vida: darle voz a su historia

MC

Sep 06, 2025Por María Columna Tello

 Las huellas que transforman         recuerdos en memoria viva.

¿Cómo te sentirías si alguien te entregara un libro con las primeras páginas arrancadas?

"Cuando nos convertimos en padres apenas teníamos cuatro fotos y un par de frases en un informe. Nada sobre sus primeras sonrisas, ni sobre quién lo abrazó la primera vez que lloró. Sentíamos la felicidad inmensa de tenerlo al fin en nuestros brazos, pero también el vértigo de empezar de cero, como si su vida hubiera comenzado el día que llegó a casa."

Aunque no siempre ocurre así. En muchos acogimientos, la familia de acogida comparte recuerdos, rutinas y vivencias que ayudan a los nuevos padres a empezar con más certezas. Y, sobre todo, deja preparado un regalo que no cabe en ningún expediente: el libro de vida.

Porque los historiales médicos, los informes judiciales y los documentos administrativos dibujan un mapa: hablan de hechos, diagnósticos, fechas.
Pero el libro de vida recoge el camino: cómo lo vivió el menor, qué sintió en ese camino, qué lo hacía reír, qué le daba seguridad, cómo fue creciendo en los pequeños detalles de cada día.

Y esa diferencia lo cambia todo.

¿Qué es el libro de vida?

El libro de vida es mucho más que un álbum de fotos o un recuerdo bonito: es una herramienta creada para acompañar al menor en su historia personal.
Se trata de un cuaderno —a veces en formato libreta, otras como un archivador o incluso un documento digital— que recoge recuerdos, huellas y vivencias de su vida antes y durante la acogida.

En él se incluyen elementos muy variados, como por ejemplo:

✔️Fotografías de momentos importantes y de la vida cotidiana.

✔️Fechas significativas.

✔️Rutinas que le daban seguridad.

✔️Personas relevantes en su historia.

Anécdotas y detalles que solo pueden contar quienes estuvieron presentes en ese tiempo.

El objetivo es que el menor no pierda las huellas de su propio pasado y pueda entender cómo fue su recorrido hasta llegar a la adopción o a la siguiente etapa de su vida.
Un informe médico o judicial puede dar información objetiva, pero solo el libro de vida guarda lo que realmente lo convierte en suyo: su manera de vivirlo.

"Cuando recibimos a nuestro hijo sentíamos que nos faltaban piezas del puzle. Gracias al libro de vida pudimos descubrir pequeños detalles de su día a día: qué lo calmaba, qué lo hacía reír, cómo fue creciendo. No eran solo datos, eran huellas vivas que nos ayudaron a conocerlo de verdad y a sentirnos más cerca de él desde el principio."

 La diferencia con los informes oficiales

Los historiales médicos, los informes judiciales y los documentos administrativos ofrecen datos necesarios, pero están escritos desde la mirada de los adultos y de los profesionales.
Son como un mapa: señalan hechos, diagnósticos, fechas, decisiones.

El libro de vida, en cambio, recoge el camino vivido: cómo experimentó el menor esos hechos, qué sintió en cada etapa, qué momentos le dieron alegría o seguridad, y cuáles marcaron su historia.

Un informe puede decir que hubo visitas, pero no cómo se sentía al salir de ellas.
Un historial puede reflejar que fue al hospital, pero no cómo reaccionaba en cada viaje.

El libro de vida guarda esas huellas que convierten los datos en memoria viva.

El valor para las familias adoptantes

El libro de vida es también un regalo para quienes acogen a ese menor como hijo. Les permite:

  • Conocerlo más allá de los informes: descubrir cómo era su día a día, qué lo calmaba, qué lo hacía sonreír.
  • Sentirse más cerca desde el principio: tener detalles cotidianos que ayudan a crear confianza y ternura.
  • Construir un relato compartido: contarle su historia con palabras reales y con recuerdos concretos, no con silencios o incógnitas.

Gracias a este recurso, la adopción no comienza desde la ausencia, sino desde la presencia de una memoria viva que une pasado y futuro.

El valor para el niño o la niña

El libro de vida está pensado, sobre todo, para él o para ella. Se convierte en un recurso que le acompaña en distintas etapas de su vida:

✔️En la infancia: puede leerlo junto a sus padres como si fuera un cuento sobre sus primeros años.

✔️Al crecer: le ofrece respuestas a preguntas que tarde o temprano llegarán, evitando vacíos o silencios dolorosos.

✔️En la adolescencia y adultez: le da continuidad a su identidad, recordándole que su historia no empezó de cero y que cada momento vivido tiene un lugar.

De esta manera, el libro de vida se transforma en una brújula emocional y narrativa: le permite mirar hacia atrás sin perderse, y hacia adelante con mayor seguridad.

El libro de vida en las transiciones

El libro de vida no solo es valioso en el momento de la adopción. También acompaña en otras transiciones importantes: cuando un niño pasa de un centro a una familia de acogida, de una familia de acogida a otra, o incluso cuando regresa con su familia de origen.

En todos estos casos, el libro de vida asegura algo fundamental: la continuidad. Evita que la nueva etapa borre lo anterior, y ayuda al niño o la niña a entender que su historia no se parte en pedazos, sino que sigue un hilo con sentido.

La entrega de este libro puede formar parte de un ritual de cierre y de inicio: un gesto simbólico en el que la familia que cuidó al niño comparte con la nueva familia recuerdos, objetos y palabras que le dan raíces y alas al mismo tiempo.

De esta manera, cada transición deja de ser un salto al vacío para convertirse en un camino acompañado, donde la memoria no se pierde y la identidad del niño sigue intacta.

Conclusión

El libro de vida no es solo un cuaderno con fotos o recuerdos: es un puente entre el pasado y el futuro.
En sus páginas quedan grabadas las huellas que transforman simples recuerdos en memoria viva, dándole al niño o la niña la certeza de que su historia importa y siempre tendrá un lugar.

Para las familias adoptantes es una oportunidad de conocer mejor a su hijo desde el principio. Para el propio niño, es una brújula que lo acompaña a lo largo de la vida, recordándole que no empezó de cero, que lo vivido no se borra y que cada paso forma parte de su camino.

Cada infancia merece conservar su historia, con cuidado y con voz.

💙 Nuestra misión continúa: visibilizar el acogimiento familiar y dar voz a los menores tutelados.

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